Todo empezó en nuestro apartamento, estábamos bebiendo unas cervezas con unos amigos y decidimos bajar al centro para juntarnos con unos italianos. Necesitábamos dos taxis, y cuando los primeros se metieron en el taxi empezó a llover. Me quede en la calle con un italiano y un coreano loco. Decidimos volver y bebernos unas birras en casa. En ese momento el coreano decidió llamar a Courtney, una americana que conocimos el viernes. Nos dijo que fuéramos a una fiesta en una casa cerca de nuestra residencia. Y allí fuimos.
La fiesta era la típica fiesta americana un montón de gente hacinada en un apartamento enano, dos barriles de cerveza, un embudo y un montón de gente borracha. Allí estuvimos hablando con Courtney y unos amigos suyos. Y al rato aparecieron los demás. La fiesta fue una locura. Las películas americanas son ciertas, y las fiestas son como en las películas.
Arriba: Nacho, Fer, Carrick. Abajo: Raquel, Diego, Courtney y Joe.
Fuimos los últimos en irnos, y al final conocimos al dueño de la casa (buen trabajo tiene de limpieza). La mejor noche en Austin y todo por el módico precio de 0$.
Ya estamos empezando a conocer a americanos, y las fiestas en las casas son mucho mejores que los bares, así que a ver que pasa en los próximos fines de semana.
Por cierto, el inglés mejora a pasos forzados, lo malo que aquí se mueren por practicar español.
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